Ahora que empezamos la primavera, las temperaturas se hacen más agradables, parece que apetece comer diferente, cosas más frescas, ensaladas, verduritas etc. aunque estas las debamos tomar durante todo el año, por ser saludables y convenientes para nuestra salud, sobre todo si son ecológicas. Hoy me voy a centrar en las judías verdes.
Su origen es incierto no sabemos si provienen de Asia o de América, lo cierto es que llegaron aquí con las primeras expediciones españolas al Nuevo Mundo. Son de la familia de las leguminosas, sus semillas al secarse dan lugar a las alubias que también son comestibles, su temporada natural es de Abril a Diciembre, tienen un crecimiento rápido y se cultivan bien en invernadero, por eso las podemos encontrar todo el año. Sus vainas son tiernas y las tenemos que consumir siempre cocinas, nunca crudas, ya que tienen una sustancia tóxica la “Faseolina” pero tranquilos se elimina con la coción. Encontramos diferentes variedades de judías verdes: La Elda: Es una judía plana y ancha, está entre las más consumidas es tierna y no tiene hebras.
La Perona: También se consume mucho se diferencia en que tiene las vainas más largas y anchas.
La Bobby: Son las que llamamos redondas, son más pequeñas y carnosas y el sabor es más fuerte.
La Rastra: Conocida como Garrafón o Garrafó, se utiliza en la paella en su receta tradicional valenciana, su vaina es corta, ancha y plana y de grano más grande.
Las judías verdes en todas sus variedades, tienen fibra que ayuda al tránsito intestinal y son saciantes con lo cual ideales para las dietas de adelgazamiento, ya que también el 90% de su composición es liquido. Contienen acido fólico, recomendado para las mujeres embarazadas ya que protege de mal formaciones al feto, vitaminas C, A y B con gran acción antioxidante y positivas para el buen estado de la piel el cabello y las mucosas. Por su bajo contenido en sodio son muy recomendables para personas con problemas cardiovasculares y su prevención. Para conservar todos sus beneficios no las tenemos que cocer en exceso, con 15 a 25 minutos, según su grosor, es suficiente. Se pueden preparar de muchas formas, aliñadas con aceite de oliva virgen extra y limón o vinagre, con mayonesa, salteadas con jamón, con tomate, en tortilla, en ensalada, añadidas a guisos o arroces, en panaché con más verduras, en fin con imaginación para casi todo.